viernes, 1 de mayo de 2015

 
Los autores Monereo y Raquel San Martin, consideran la tecnología como divisoria de mundos, Monereo lo define con el término “brecha digital”. Estos mundos están formados por los “nativos digitales” y los “inmigrantes digitales”.
Monereo define a los “nativos digitales” como aquellos  “que desarrollan una vida on-line donde el ciberespacio es parte constituyente de su cotidianidad”. Y San Martin como los “nacidos en los 80 en Europa y en el los 90 en América Latina, esos chicos que manejan el mouse antes de aprender a hablar; pueden estudiar; escuchar al mismo tiempo y hacen amistades, las sostienen y las rompen en Internet”, a su vez sugiere el termino náufrago como sinónimo. Por lo tanto, consideramos que ambos autores los define de forma similar.




San Martín a su vez en oposición a nativos digitales menciona el término “inmigrantes digitales”, haciendo referencia a los “que consultan al manual de instrucciones para operar su computadora, imprimen los mails para leerlos y eligen un modelo de células que básicamente sirva para hablar”. Monereo también utiliza el término para “aquellos que provienen de una cultura anterior, básicamente organizada alrededor de los textos impresos, los que han tenido que adaptarse a las nuevas modalidades de interacción y comunicación digital”, así mismo los denomina “emigrantes digitales”, indiferentemente del de “inmigrantes digitales”, considerándolos como aquellos que se han incorporado tardíamente a las tecnologías digitales, emigrando de las tecnologías basadas en los textos convencionales, de las que tienen esas mismas tecnologías como su entorno de desarrollo “natural”. 
Este video refleja a los nativos y a los inmigrantes digitales  https://www.youtube.com/watch?v=rnzTDkH9U80
Monereo contrasta entre los términos “brecha generacional” y “brecha socio-cognitiva”, el primero menciona a las dificultades que se presentan en las personas de mayor edad con respecto al acceso a internet. Y “brecha socio-cognitiva” a la manera en que piensan y se relacionan con el mundo aquellos que hacen un uso esporádico o circunstancial de esas tecnologías.
Sally Burch, hace referencia a dos enfoques, “sociedad de la información” y “sociedad del conocimiento”, considera que  la “sociedad de la información” tiene como eje central  el conocimiento teórico, se desarrolla de la mano de la globalización neoliberal, ya que está asociada a las innovaciones tecnológicas, su énfasis esta puesto en el contenido del trabajo. Y a la “sociedad del conocimiento” la cual incluye transformación social, cultural, económica, política e institucional.
Burbules y Callister, plantean las “tecnologías de la información” como la manera de caracterizar algunas de las nuevas tecnologías de la educación, aunque menciona que “no pueden comprenderse simplemente como tecnologías de la información: son además tecnologías de la comunicación”, “el concepto de información sugiere un presupuesto… algo que se da por sentado… pero no significa que toda la información sea falsa o inútil”. Y no considera a la información como un mero canal o trayecto a través del cual se transmite algo sino en el cual se producen las interacciones humanas.
Plantea dos visiones entorno a la “tecnología”, basado en una concepción instrumental y una concepción relacional, la primera “externaliza las tecnologías, las ve como objetos fijos, con un uso y una finalidad concretos, es decir, planteando una relación unidireccional. En cambio la concepción relacional, plantea una relación de tipo  bidireccional. Con respecto a esta ultima concepción Burch menciona que “internet puede ser un nuevo escenario de interacción social, pero esta interacción está estrechamente integrada al mundo físico y los dos ámbitos se transforman mutuamente”.
Un modo de concebir las cuestiones tecnológica, desde una mirada postecnocrática, podría considerarse el “ordenador como panacea”, el “ordenador como herramienta”, y “ordenador como herramienta no neutral”.  El primero “explota una cierta ingenuidad en los educadores y el público que evalúa la educación; induce a gastar dinero en la adquisición de nuevos recursos técnicos ocultando el hecho de que se crean con ello más problemas de los que se resuelven, de que las posibilidades de las nuevas tecnologías aumentan la necesidad de actuar con imaginación, planificar con cuidado y superar sobre la marcha desafíos impensados”. En el caso del enfoque del “ordenador como herramienta” hace referencia a que “las herramientas no llevan consigo la garantía de su éxito o fracaso, del provecho o el daño que pueden provocar: todo depende del uso que hagan de ellas las personas sensatas”, la visión como “ordenador como herramienta no neutral”  “entiende que debe haber una nivelación de costes y beneficios, compensaciones recíprocas, la mezcla de lo bueno y lo malo (términos que no pueden analizarse independientemente, por la dificultad que presenta para discernir entre estos) que constituye todo intento de introducir una reforma radical. No ve en la tecnología una panacea ni solo una herramienta”.
En referencia a la implementación de las tecnologías en las escuelas Burbules y Callister refiere a que “se han convertido en un problema educativo, un desafío, una oportunidad, un riesgo, una necesidad, todos eso, por razones que pocos tienen que ver con las decisiones intencionales de los propios educadores. La escuela ya no puede elegir que estas tecnologías sean o no relevantes para la educación. Las tecnologías no solo constituyen un conjunto de herramientas, sino un entorno, un espacio, un ciberespacio, en el cual se dan interacciones humanas. Cada vez más,  internet es un contexto en el cual se dan interacciones que combinan y entrecruzan las actividades de indagación, comunicación y expresión.  El docente como el “inmigrante digital” debe prepararse para la incorporación de las TIC a las aulas para permitir que los “nativos digitales” que son los estudiantes puedan realizar un uso apropiado de esas tecnologías, las cuales los docentes deben utilizar a su favor. Deben comprender todas o la mayoría de las herramientas que les brindan las TIC para poder aplicar de manera culta; para que los estudiantes no vagabunden en las redes. Si no que puedan utilizarlas para aprender de ellas de manera que les permita crear una postura crítica y puedan hacer selecciones que les ayuden a comprender sin dejarse engañar ya que es infinita la cantidad de información existente; conjuntamente poder diferencias cuando una fuente es fiable o no”. En relación a esto podemos citar a San Martin que dice que “hoy muchas veces se hace un uso vacio de las tecnologías, porque se va a lo que se propone socialmente como uso válido, SMS o facebook, que no aportan nada a las capacidades de raciocino profundo”, por lo que es importante lo que menciona Burbules y Callister en cuanto a la preparación del docente.  Monereo también hace referencia a esto, destacando, la necesidad de que los educadores sean capaces de establecer un enlace eficaz entre ambas culturas y cogniciones; “profesionales que, dominando el código de los textos convencionales, conozcan y utilicen de forma competente los recursos que ofrecen las Tic y puedan coordinar adecuadamente lo que ocurre en situaciones educativas presenciales con las experiencias educativas que ofrecen”. “Ya no se puede dejar fuera de las aulas estas TIC porque ya son parte de las aulas, por ello se debe buscar la mejor manera posible de incorporarlas sin caer en lo superficial, y espontaneo. Para esto es indispensable que el docente estudie, se prepare e incorpore estas TIC”.Y citando nuevamente a San Martin que refiere a este mismo tema diciendo que: “el sistema educativo, supuestamente desactualizado y en manos de inmigrantes, fue el gran castigado por la metáfora (nativo-inmigrante). Se hizo lugar común pedir actualización a la escuela y se culpo a los docentes inmigrantes de la falta de motivación de los chicos. Se dejo de lado en el medio la existencia de nativos por edad que no tienen acceso a la tecnología y de inmigrantes de nacimiento que adoptaron sus beneficios pedagógicos.”, por lo que es necesario, no solo que los docentes estén actualizados sobre el uso de las nuevas tecnologías sino también tener en cuenta todos los aspectos que engloban esta temática, para no caer en lo que  afirma Burbules y Callister “de las “falsas” promesas que las nuevas tecnologías de la información hicieron en el campo de la educación”. 

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