Los autores Monereo y Raquel
San Martin, consideran la tecnología como divisoria de mundos, Monereo lo
define con el término “brecha digital”.
Estos mundos están formados por los “nativos
digitales” y los “inmigrantes
digitales”.
Monereo
define a los “nativos digitales” como aquellos
“que desarrollan una vida on-line donde el ciberespacio es parte
constituyente de su cotidianidad”. Y San Martin como los “nacidos en los 80 en
Europa y en el los 90 en América Latina, esos chicos que manejan el mouse antes
de aprender a hablar; pueden estudiar; escuchar al mismo tiempo y hacen
amistades, las sostienen y las rompen en Internet”, a su vez sugiere el termino
náufrago como sinónimo. Por lo tanto, consideramos que ambos autores los define
de forma similar.

San
Martín a su vez en oposición a nativos digitales menciona el término
“inmigrantes digitales”, haciendo referencia a los “que consultan al manual de
instrucciones para operar su computadora, imprimen los mails para leerlos y
eligen un modelo de células que básicamente sirva para hablar”. Monereo también
utiliza el término para “aquellos que provienen de una cultura anterior,
básicamente organizada alrededor de los textos impresos, los que han tenido que
adaptarse a las nuevas modalidades de interacción y comunicación digital”, así
mismo los denomina “emigrantes digitales”, indiferentemente del de “inmigrantes
digitales”, considerándolos como aquellos que se han incorporado tardíamente a
las tecnologías digitales, emigrando de las tecnologías basadas en los textos
convencionales, de las que tienen esas mismas tecnologías como su entorno de
desarrollo “natural”.
Este video refleja a los nativos y a los inmigrantes digitales https://www.youtube.com/watch?v=rnzTDkH9U80
Monereo
contrasta entre los términos “brecha
generacional” y “brecha
socio-cognitiva”, el primero menciona a las dificultades que se presentan
en las personas de mayor edad con respecto al acceso a internet. Y “brecha
socio-cognitiva” a la manera en que piensan y se relacionan con el mundo
aquellos que hacen un uso esporádico o circunstancial de esas tecnologías.
Sally
Burch, hace referencia a dos enfoques, “sociedad
de la información” y “sociedad del
conocimiento”, considera que la
“sociedad de la información” tiene como eje central el conocimiento teórico, se desarrolla de la
mano de la globalización neoliberal, ya que está asociada a las innovaciones
tecnológicas, su énfasis esta puesto en el contenido del trabajo. Y a la
“sociedad del conocimiento” la cual incluye transformación social, cultural,
económica, política e institucional.
Burbules
y Callister, plantean las “tecnologías
de la información” como la manera de caracterizar algunas de las nuevas
tecnologías de la educación, aunque menciona que “no pueden comprenderse
simplemente como tecnologías de la información: son además tecnologías de la
comunicación”, “el concepto de información sugiere un presupuesto… algo que se
da por sentado… pero no significa que toda la información sea falsa o inútil”.
Y no considera a la información como un mero canal o trayecto a través del cual
se transmite algo sino en el cual se producen las interacciones humanas.
Plantea
dos visiones entorno a la “tecnología”, basado en una concepción instrumental y una concepción
relacional, la primera “externaliza las tecnologías, las ve como objetos
fijos, con un uso y una finalidad concretos, es decir, planteando una relación
unidireccional. En cambio la concepción relacional, plantea una relación de
tipo bidireccional. Con respecto a esta
ultima concepción Burch menciona que “internet puede ser un nuevo escenario de
interacción social, pero esta interacción está estrechamente integrada al mundo
físico y los dos ámbitos se transforman mutuamente”.
Un modo
de concebir las cuestiones tecnológica, desde una mirada postecnocrática,
podría considerarse el “ordenador como
panacea”, el “ordenador como
herramienta”, y “ordenador como
herramienta no neutral”. El primero
“explota una cierta ingenuidad en los educadores y el público que evalúa la
educación; induce a gastar dinero en la adquisición de nuevos recursos técnicos
ocultando el hecho de que se crean con ello más problemas de los que se
resuelven, de que las posibilidades de las nuevas tecnologías aumentan la
necesidad de actuar con imaginación, planificar con cuidado y superar sobre la
marcha desafíos impensados”. En el caso del enfoque del “ordenador como
herramienta” hace referencia a que “las herramientas no llevan consigo la
garantía de su éxito o fracaso, del provecho o el daño que pueden provocar:
todo depende del uso que hagan de ellas las personas sensatas”, la visión como
“ordenador como herramienta no neutral”
“entiende que debe haber una nivelación de costes y beneficios,
compensaciones recíprocas, la mezcla de lo bueno y lo malo (términos que no
pueden analizarse independientemente, por la dificultad que presenta para
discernir entre estos) que constituye todo intento de introducir una reforma
radical. No ve en la tecnología una panacea ni solo una herramienta”.

En
referencia a la implementación de las
tecnologías en las escuelas Burbules y Callister refiere a que “se han
convertido en un problema educativo, un desafío, una oportunidad, un riesgo,
una necesidad, todos eso, por razones que pocos tienen que ver con las
decisiones intencionales de los propios educadores. La escuela ya no puede
elegir que estas tecnologías sean o no relevantes para la educación. Las
tecnologías no solo constituyen un conjunto de herramientas, sino un entorno,
un espacio, un ciberespacio, en el cual se dan interacciones humanas. Cada vez
más, internet es un contexto en el cual
se dan interacciones que combinan y entrecruzan las actividades de indagación,
comunicación y expresión. El docente
como el “inmigrante digital” debe prepararse para la incorporación de las TIC a
las aulas para permitir que los “nativos digitales” que son los estudiantes
puedan realizar un uso apropiado de esas tecnologías, las cuales los docentes
deben utilizar a su favor. Deben comprender todas o la mayoría de las
herramientas que les brindan las TIC para poder aplicar de manera culta; para
que los estudiantes no vagabunden en las redes. Si no que puedan utilizarlas
para aprender de ellas de manera que les permita crear una postura crítica y
puedan hacer selecciones que les ayuden a comprender sin dejarse engañar ya que
es infinita la cantidad de información existente; conjuntamente poder
diferencias cuando una fuente es fiable o no”. En relación a esto podemos citar
a San Martin que dice que “hoy muchas veces se hace un uso vacio de las
tecnologías, porque se va a lo que se propone socialmente como uso válido, SMS
o facebook, que no aportan nada a las capacidades de raciocino profundo”, por
lo que es importante lo que menciona Burbules y Callister en cuanto a la
preparación del docente. Monereo también
hace referencia a esto, destacando, la necesidad de que los educadores sean
capaces de establecer un enlace eficaz entre ambas culturas y cogniciones;
“profesionales que, dominando el código de los textos convencionales, conozcan
y utilicen de forma competente los recursos que ofrecen las Tic y puedan
coordinar adecuadamente lo que ocurre en situaciones educativas presenciales
con las experiencias educativas que ofrecen”. “Ya no se puede dejar fuera de
las aulas estas TIC porque ya son parte de las aulas, por ello se debe buscar
la mejor manera posible de incorporarlas sin caer en lo superficial, y
espontaneo. Para esto es indispensable que el docente estudie, se prepare e
incorpore estas TIC”.Y citando nuevamente a San Martin que refiere a este mismo
tema diciendo que: “el sistema educativo, supuestamente desactualizado y en
manos de inmigrantes, fue el gran castigado por la metáfora
(nativo-inmigrante). Se hizo lugar común pedir actualización a la escuela y se
culpo a los docentes inmigrantes de la falta de motivación de los chicos. Se
dejo de lado en el medio la existencia de nativos por edad que no tienen acceso
a la tecnología y de inmigrantes de nacimiento que adoptaron sus beneficios
pedagógicos.”, por lo que es necesario, no solo que los docentes estén
actualizados sobre el uso de las nuevas tecnologías sino también tener en
cuenta todos los aspectos que engloban esta temática, para no caer en lo
que afirma Burbules y Callister “de las
“falsas” promesas que las nuevas tecnologías de la información hicieron en el
campo de la educación”.